Es una técnica tan antigua como la historia del hombre y similar a la escultura. La diferencia radica en el material base que se utiliza. La madera, en este caso, sustituye a la piedra.

Por medio de herramientas especiales, gubias y formones, el tallista va rebajando poco a poco la madera hasta la obtener la forma deseada: figuras humanas, animales, flores, formas geométricas, escenas urbanas y paisajes.

Mediante el bajorrelieve aplicado a la madera el tallista logra dar un mayor resalte a los motivos representados. Aprovecha la perspectiva y aumenta el efecto de profundidad.